lunes, 10 de agosto de 2015

MI COMPROMISO FRENTE A LOS VALORES

MIS ACCIONES SON DETERMINANTES





El ser humano se hace en la medida en que demuestre que respetar, tolerar y ser responsable frente a sí mismo y hacia los demás seres vivos es determinante para una soñada convivencia.

Las buenas o malas acciones son factores que determinan la ética en las personas, por lo tanto actuar de manera mesurada lleva a que se le dé la debida relevancia a valores que son necesarios para vivir en sociedad y solo cuando la familia forma en estos valores y la escuela los fortalece se puede decir que se han formado generaciones éticas capaces de vivir con los demás.

Cabría preguntarse ¿Qué entiendo por compromiso? ¿Qué significa empeñar mi palabra para hacer algo? ¿Cómo incide en mi vida, el compromiso frente a los valores?
El compromiso frente a los valores, pasa a ser como el termómetro para medir el comportamiento: hacia donde apuntan las acciones y que tan responsable se es frente a las mismas.

     La persona comprometida es colaboradora y ayuda a los demás. Tiene su propia iniciativa para mejorar el clima en el cuál se desenvuelve.
                
     No puede haber compromiso de valores frente a los demás, si ese compromiso no es primero consigo mismo. Sobre todo a partir de un cambio personal, de los hábitos: quién primero tiene que cambiar soy yo mismo. Quién primero tiene que criticarse así mismo soy yo. Quién primero debe ver lo bueno de los demás soy yo.

     Las palabras “compromiso frente a los valores” deben responder a una realidad vivida desde lo más íntimo de nosotros mismos y adquiere un valor de autenticidad y sinceridad inigualables; solo así seremos fieles a lo que nos proponemos en la vida.

El compromiso frente a los valores no son solo unas palabras para hablar de ellas como si se tratara de “cumplir” con un requisito.

     Es algo absolutamente necesario para cumplir con el compromiso de hijo, de estudiante, y de persona inmersa en una sociedad cruel y exigente
     
     La educación en valores se ha venido discutiendo desde hace algunos años con cierta insistencia. Esto se debe a varias razones. Una de ellas es la percepción casi generalizada de que hay una crisis de valores, se sostiene que los niños y jóvenes carecen de los valores con los que algunas generaciones anteriores fueron  educadas. Otra es la gravedad y dimensión de distintas problemáticas nacionales regionales y locales en materia de medio ambiente, salud, economía, cultura, etc. Además si le agregamos información de toda índole que transmiten los medios masivos de comunicación y tecnológicos y, ante los cuales no se está preparado para analizar  qué cosas son buenas y nos convienen y que cosas no.
  
     Por otro lado, algunas conductas y actitudes de indiferencia, violencia y egoísmo que muestran los estudiantes de nuestras escuelas hacia su entorno inmediato y social, ponen en evidencia que la educación no está ejerciendo una influencia adecuada en estos aspectos.

A partir de esta situación, se hace necesario plantear un plan de estudio integrado que se trabajen los valores del respeto, la responsabilidad y la tolerancia entre otros  desde todas las áreas del conocimiento  y que vincule a todos los actores (padres de familia, docentes, estudiantes y, todos aquellos que hagan parte de la comunidad educativa), ya que los valores son algo ineludible e impostergable, pues es desde ahí que se deben orientar los distintos procesos que tienen que ver con lo que se va a enseñar, cómo y para que se va se va a enseñar. La educación, es en sí misma un valor social, pero que requiere realizarse fomentando valores distintos a todos sus integrantes de una manera explícita, que sean acordes con los requerimientos de los educandos, así como las demandas actuales de la sociedad.

     La tarea de educar implica el manejo del aspecto psicopedagógico y del conocimiento disciplinar, en el marco de un contexto social. Si los fines que persigue la sociedad han de buscarse a través de la educación, y si esto se traduce en generar el desarrollo integral de niños, niñas y jóvenes, como persona para que pueda desenvolverse socialmente y aportar algo al bienestar común, entonces la ética y la educación estarán íntimamente ligadas, unidas con el mismo propósito de formar personas  capaces de cuestionarse frente a los valores que subyacen a la problemática ‘social, educativa y valoral actual y proponer el qué, el cómo y el para qué de la educación a la luz de los valores mínimos y necesarios que garanticen el desarrollo humano digno y la equidad social.






Video sobre los valores de la familia.




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